Propone para fiestas de Bilbao un ciclo de actuaciones de pago con Hendrik Röver, The Bo Derek’s, Bonzos, Garbayo, The Big Marteen’s…
Hace muchos lustros la iniciativa privada no montaba conciertos de abono en fiestas de Bilbao sopesando que, si había tanta oferta melómana gratuita, sería un suicidio económico cobrar entrada para ver un bolo. Pero la realidad era que por la capital vizcaína deambulaban cada día unas 300.000 personas con ganas de pasarlo bien, y con que una mínima parte de ellas se interesara en un concierto, saldrían las cuentas. El punto de inflexión se produjo en la sala Azkena con el bolo de Steve Earle, ¡allá por 2003!, que reventó el aforo y abrió una nueva vía de diversión en la Aste Nagusia.